Entrega total
El sufrimiento que Jesús experimentó por la humanidad es inimaginable.
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto (…) llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores (…) mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (…) angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca” (Isaías 53:3-5, 7).
Jesús se entregó completamente para liberarnos del imperio de la muerte y de la esclavitud (Hebreos 2:14-15).
No hay mayor acto de amor. La entrega de Jesús por nosotros merece una respuesta similar de nuestra parte.
Entreguémonos sin reservas, él lo merece.