Teme solo a Dios
Cuando salimos a evangelizar todos deseamos que la gente nos reciba con agrado, respeto y que escuchen atentamente el mensaje de salvación, arrepintiéndose y recibiendo al Señor en sus vidas.
Aunque este tipo de respuestas suceden, debemos tener en cuenta que a menudo somos etiquetados de fanáticos, y en muchos casos enfrentamos reacciones negativas, desprecios y rechazos. Estos comportamientos generan en algunos creyentes un sentimiento de temor o miedo al evangelizar, haciendo que muchos no prediquen y otros dejen de hacerlo.
No podemos olvidar que el evangelio es y presenta una buena noticia en medio de una realidad que puede resultar incómoda, confrontativa y desafiante para algunas personas, ya que cuestiona creencias arraigadas y estilos de vida establecidos. ¿Cómo responderemos los creyentes ante ello?
Jesús envió a sus discípulos y les dio instrucciones advirtiéndoles: “He aquí, yo os envío como ovejas en medio de lobos…” (Mt. 10:16). Con estas palabras, el Señor les estaba señalando el desafiante escenario en el que se llevaría a cabo su misión y les advirtió que serían entregados en los concilios, azotados en las sinagogas, llevados ante los reyes y gobernadores y serían aborrecidos por su causa.
“¿Tú esperas ser honrado en un mundo donde el Señor fue crucificado? ”
- Spurgeon
Continúa el texto en Mateo: “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia lo llamaron Beelzebub, ¿cuánto más a los de su casa?”
Si Jesús sufrió hasta la muerte, si los apóstoles y la iglesia primitiva sufrieron persecución, y nuestros hermanos en algunos países la padecen, ¿qué podemos esperar nosotros, aún en los tiempos que vivimos?
Como dijo Spurgeon: “¿Tú esperas ser honrado en un mundo donde el Señor fue crucificado?”
Sea cual sea la reacción o lo que nos hagan por predicar, el Señor nos dice: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Si hay alguien a quien temer, es a Dios, quien tiene el poder de librarnos de la condenación eterna. Por tanto, no tengas miedo y proclama el evangelio a todos en todo lugar.
“Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.” 1 Samuel 12:24
Carlos Villa
Promotor ministerial